Las excepcionales condiciones geo-climáticas que tiene esta zona hicieron que los romanos plantaran sus primeros olivos para proveerse de los productos tradicionales de la dieta mediterránea con los que se alimentaban habitualmente. Uno de ellos era el aceite de oliva.

Aprovechando los desniveles que ofrecía la ladera sur de la sierra de Gredos se generaron cultivos en forma de bancales y fue allí donde construyeron una calzada romana para comunicar las dos mesetas.

La plantación se realizaba de manera semiordenada con el fin de adaptarse al terreno y aprovechar además que cada árbol obtuviera la mejor nutrición posible del suelo y del sol con el que se maduraban sus aceitunas.

En este valle se plantó una variedad de aceituna que ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en una variedad autóctona única y exclusiva por su sabor y aromas: la “redondilla”.

Los olivos de redondilla fueron mezclados con otros otras variedades permitiendo elaborar unos aceites de oliva extra virgen muy especiales basados en este particular coupage que forman estas variedades.

Además de plantar olivos enseñaron a los pueblos prerromanos que habitaban la zona a obtener las aceitunas y a elaborar el preciado aceite de oliva virgen extra mediante procedimientos mecánicos y en frío creando así un aceite de características únicas y diferenciadoras que hoy día sólo podemos encontrar aquí, en el Valle del Tiétar.

Producimos aceites de oliva extra virgen con aceitunas recolectadas de nuestros propios olivos centenarios, no pudiendo pasar más de 4 horas desde la recolección hasta el prensado, realizado de forma tradicional, lo que nos permiten mantener los aromas frescos y 100% naturales de nuestros AOVES.

Todo lo anterior unido a que parte de nuestro aceite procede de la variedad autóctona la “redondilla” (con producciones de bajo rendimiento pero de gran potencia en aromas y sabores), nos permite obtener unos AOVES de una extraordinaria calidad.

Nuestra agricultura olivarera se basa en el máximo respeto al medio ambiente y al entorno natural en el que nos encontramos ubicados, haciendo que nuestro esfuerzo diario se base en una agricultura respetuosa y sostenible.

Nuestra empresa es la mayor productora de aceite de oliva del Valle del Tiétar y se caracteriza por sus aromas frescos, sabor dulce y suave y con un pequeño retrogusto picante para el paladar.

Degustar nuestros AOVES es retrotraerse en la historia saboreando una parte de ella disfrutando de los mismos aromas y sabores que se podían encontrar hace más de 20 siglos.